Cada solución, cuenta: El intercambio de conocimiento entre comunidades pesqueras puede fortalecer la resiliencia al cambio climático
By New England Aquarium on Friday, February 03, 2023
Esta publicación es parte de una serie de proyectos apoyados por el Fondo de Acción para la Conservación Marina (MCAF) del Acuario de Nueva Inglaterra. A través de MCAF, el Acuario apoya a investigadores, conservacionistas y organizaciones de base de todo el mundo mientras trabajan para abordar los problemas más desafiantes que enfrenta el océano.
La beneficiaria de MCAF, Niza Contreras Liedtke lleva doble ciudadanía, mexicana y estadounidense, y se crió en San Francisco, California, EE. UU. Su familia tiene sus orígenes en la Ciudad de México, México y en el estado mexicano de Oaxaca. En 2020, Niza se graduó de la Universidad de Stanford con el título de Licenciatura Ciencias Ambientales con una especialización en Océanos, Atmósfera y Clima. Actualmente, está completando su maestría en el programa de Ciencias y Políticas Costeras (CSP) en la Universidad de California, Santa Cruz, y es una 2022 SOA/EDF Liderazgo para Pesquerías Resilientes al Cambio Climático becaria. A través de su trabajo, Niza desea promover soluciones comunitarias, la diversidad de conocimiento, y métodos decoloniales del manejo pesquero y el cuidado marino.
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Por Niza Contreras Liedtke
“Para ti, ¿qué significa el éxito?” Una gran pregunta, pero mis entrevistados no tuvieron dificultad en contestarla.
“Pues, primero que nada, que el recurso se conserve, que podamos sacar menos y de mayor calidad.”
Esta respuesta vino del Directivo de la organización pesquera S.C.P.P. Ensenada S.R.L de El Rosario, Baja California, México. Él es tercera generación de tradición pesquera, al igual que el resto de mis entrevistados, siguiendo los pasos de su papá y de su abuelo.
Continuó: “Somos usuarios del recurso, no somos dueños del recurso. Tenemos una doble obligación. Una, de conservar [el recurso], porque, pues, es el futuro de nuestras familias y de la comunidad.”
El Directivo de una organización vecina de Isla Natividad—S.C.P.P. Buzo y Pescadores de la Baja California S.C.L.—expresó la segunda obligación perfectamente: “El objetivo social de la cooperativa es crear las condiciones necesarias para que los socios de la organización y sus familias cumplan o satisfagan las necesidades económicas, sociales, [y] culturales.”
Estas respuestas reafirmaron lo que había aprendido de meses de estar investigando las pesquerías de pequeña escala en México. Para muchas de estas comunidades que dependen de la pesca, la vida no solo se trata de cuántos peces (o langosta o abulones) pueden capturar, sino un equilibrio constante entre el sistema ambiental y el sistema social. Como líderes y miembros de organizaciones pesqueras, los hombres que entrevisté se sienten responsables de proteger a sus recursos marinos, así como son responsables de cuidar a sus familias y a sus comunidades.
Pero mantener este equilibrio—lo cual siempre ha sido desafiante ante numerosas complicaciones sociales, económicas, y ambientales—se está poniendo más y más difícil en la época del cambio climático. Fenómenos ambientales sin precedentes y cambios en los patrones climáticos están forzando a les pescadores de pequeña escala a cuestionar la estabilidad de sus sustentos. ¿Qué le pasará a mi trabajo si no se recupera la langosta? ¿Cómo voy a apoyar a mi familia si el próximo El Niño elimina todo el abulón?
Por suerte, soluciones a las amenazas generadas por el cambio climático se pueden encontrar dentro de muchas de las comunidades pesqueras en México. Ya sea implementando reservas marinas de largo plazo, estableciendo fondos de contingencia comunitarios, o cambiando la luz de malla de sus trampas para reducir la captura de jaiba juvenil, cooperativas y comunidades pesqueras a lo largo del país están realizando estrategias para adaptarse a las condiciones cambiantes.
La asociación civil mexicana Comunidad y Biodiversidad, o COBI, está dedicada como parte de su misión a fortalecer este tipo de solución de problemas basado en las comunidades. Más allá de eso, buscan ayudar a comunidades que no cuentan con las soluciones apropiadas asegurándoles que las estrategias de pescadores alrededor del país sean fácilmente accesibles. Han empezado este proceso usando la aplicación PescaData, la cual—entre varias funciones útiles para pescadores—proporciona una plataforma de acceso libre para documentar y compartir soluciones.
El intercambio de conocimiento comunitario es una herramienta potente porque puede ayudar a las comunidades que necesitan soluciones a identificar cuál estrategia les podría funcionar basado en lo que ha funcionado para otra gente. A través de mi proyecto con COBI, esperamos llevar al intercambio de conocimiento al siguiente nivel, no sólo documentando el qué, dónde, y por qué de cada solución, sino también identificando las características de esa solución y su contexto socio-ecológico que le facilitó a la comunidad a implementarla exitosamente. En otras palabras, ¿cuáles son los elementos—sociales, económicos, o ambientales—claves que necesitaría otra comunidad para implementar esta solución y adaptarla a su contexto local?
Más de 110 soluciones ya han sido compartidas en PescaData por individuos y cooperativas pesqueras por todo México. Como parte de nuestro análisis, he estado evaluando cada solución usando un marco conceptual de capacidad adaptativa que desarrollaron Josh Cinner et al. (2018). La capacidad adaptativa se refiere a la capacidad de un sistema social o ambiental a anticipar y reaccionar a un cambio, manejar las consecuencias de ese cambio, y resultar en el mismo, o inclusive un mejor, estado que antes. También estamos usando una versión adaptada de una lista de atributos de resiliencia al cambio climático desarrollada por Julia Mason et al. (2021) para vincular el marco de Cinner a ejemplos concretos de resiliencia dentro de los sistemas de pesca. Al asociar estos atributos con cada solución, podemos empezar a entender mejor qué elementos específicos de la capacidad adaptativa son prominentes, y por qué.
Aunque este método de analizar soluciones ya documentadas es interesante y potencialmente muy útil, es importante que todos los resultados sean validados por miembros de las comunidades pesqueras. Al fin y al cabo, nuestros resultados no valen mucho si no reflejan la realidad de la gente que esperamos puedan beneficiarse de ellos. Por esto estamos planeando hacer entrevistas individuales y grupales en comunidades pesqueras para obtener comentarios sobre nuestros resultados y poder planear los siguientes pasos.
Bueno, nunca en un millón de años hubiera imaginado que estaría haciendo mis propias entrevistas. Convertirme en una científica social nunca fue parte de mi plan—hasta que me di cuenta de que la conservación y el manejo efectivo de recursos marinos deberían considerar una amplia variedad de disciplinas y sistemas de conocimiento. Y es por eso que me encontré, en julio de 2022, llevando a cabo mis primeras entrevistas individuales con líderes de cooperativas pesqueras. Específicamente, tuve la oportunidad de conectar con tres cooperativas que han colaborado por mucho tiempo con COBI en el lado Pacífico de la península de Baja California: S.C.P.P. Ensenada S.R.L. (El Rosario), S.C.P.P. Buzo y Pescadores de la Baja California S.C.L (Isla Natividad), y S.C.P.P. California de San Ignacio S.C.L. (Bahía Asunción).
Fue una fantástica experiencia, si bien un poco intimidante al principio. Con sólo tres pláticas, aprendí lo mismo sobre pesquerías de pequeña escala en la península de Baja California que lo que había aprendido en horas de leer artículos científicos. Tuve la oportunidad de escuchar a estos pescadores experimentados hablar sobre las soluciones increíbles que había visto en mi base de datos, además de conocer qué planes para desarrollo futuro esperan realizar en sus comunidades. También pude preguntarles la pregunta central de mi proyecto: ¿cuáles características de tu cooperativa, comunidad, ecosistema, o economía piensas que les facilitaron o restringieron en implementar estas soluciones?
Las respuestas, aunque no eran novedades, eran no obstante reveladoras. Estas tres cooperativas pesqueras tienen zonas de no pesca, y una barrera gigante que todas encontraron cuando intentaron implementar estas estrategias de manejo fue la resistencia de les pescadores en sus comunidades quienes no se animaban a la idea de limitar las actividades de pesca o de trabajar con gente de afuera (como COBI) para hacer cambio a sus tradiciones pesqueras. ¿Qué les ayudó a superar la resistencia? En algunos casos, fue el hecho de que el abulón (una pesquería muy lucrativa) había llegado a un nivel de población tan bajo que pescarlo dejó de ser una opción. Por todas partes, les pescadores se convencieron a través de evidencia científica que estos métodos eran efectivos, particularmente si cooperativas vecinas habían trabajado con COBI o con instituciones académicas para establecer áreas de no pesca y ahora estaban viendo resultados. En otras palabras, el intercambio de conocimiento de otras comunidades era clave para superar la resistencia al cambio.
Cuando se trata de cooperativas pesqueras, como las que colaboran con COBI, muchas de sus decisiones están ligadas a sus definiciones de éxito y el valor que ponen al cooperativismo, el principio subyacente de este sistema de manejo de pesquerías. El cooperativismo significa trabajar en conjunto para beneficiar a todas las personas, lo que implica proteger ese equilibrio entre un ecosistema saludable y una comunidad saludable. Mientras aprendo más sobre las soluciones basadas en comunidades y voy conociendo líderes de estas comunidades, puedo apreciar más que nunca el potencial de una pescadora o un pescador para guiar la sostenibilidad de una pesquería o el bienestar de su comunidad. Es muy fácil pasar por alto a una pescadora o a un pescador, pero al juntar a las comunidades de pesca de pequeña escala de México, amplificar sus voces y su conocimiento, y resaltar sus éxitos, esperamos seguir empoderando a las comunidades a que determinen cómo van a responder a un ambiente marino constantemente cambiante.
Este proyecto no sería posible sin el consejo de mis co-mentores del programa de maestría Coastal Science and Policy en la UC Santa Cruz, Elena Finkbeiner y Mark Carr, y mis mentores de COBI, Jorge Torre Cosio, Magdalena Précoma, y Arturo Hernández Velasco. También agradezco el apoyo financiero del New England Aquarium a través del programa Marine Conservation Action Fund, de UCSC Fisheries Collaborative a través del Fisheries Opportunity Fund, de Sustainable Ocean Alliance y Environmental Defense Fund a través del programa Leadership for Climate-Resilient Fisheries. Y, por supuesto, gracias a Anne Kapuscinski, Sarah Eminhizer, y a mi cohorte tan valiente.